¡Hombre de Shuruppak, hijo de Ubar-Tutu, destruye tu casa, construye un barco, renuncia a las riquezas, busca solamente la vida, desprecia los tesoros, guarda vivo el soplo de la vida! ¡Embarca en el barco todas las especies vivas! (Epopeya de Gilgamesh, mandato del dios Ea al primer Noé)
domingo, 6 de septiembre de 2015
EL SEGUNDO JARDÍN
El segundo huerto es el jardín nocturno, de noche suceden tantas cosas que es difícil imaginar si uno no se asoma de cuando en cuando para sorprender las visitas del erizo que mastica ruidosamente una babosa, el canto de la cigarra y el grillo, los paseos nocturnos del sapo o las mariposas nocturnas que vienen a libar en todas aquellas flores que se abren cuando termina el día. La bouvardia exhala un aroma indescriptible, sus efluvios comienzan a notarse especialmente al anochecer e inunda el huerto con su perfume dulce e intenso. Tambien la brugmansia, la juliana y el alhelí, los hedychium, la saponaria… todas ellas y muchas otras son flores nocturnas que despiertan al llegar la noche y conforman un universo paralelo capaz de colmar los sentidos del jardinero insomne.
Y ¿qué decir de las luciérnagas? Ellas cumplen una función inestimable comiendo los caracoles, pero su peor enemigo, después de los productos químicos, claro está; es precisamente la luz, que las eclipsa impidiendo que los machos puedan encontrar la llamada lumínica amorosa de las hembras. Para las luciérnagas, un huerto iluminado tiene efectos anticonceptivos, quizá por ello estos gusanos de luz son cada día más raros.
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