¡Hombre de Shuruppak, hijo de Ubar-Tutu, destruye tu casa, construye un barco, renuncia a las riquezas, busca solamente la vida, desprecia los tesoros, guarda vivo el soplo de la vida! ¡Embarca en el barco todas las especies vivas! (Epopeya de Gilgamesh, mandato del dios Ea al primer Noé)
lunes, 14 de septiembre de 2015
EL 5º HUERTO
El quinto jardín es el jardín de la amistad. Cultivando un pequeño huerto no es preciso gastar dinero. Es el huerto del de - crecimiento, decrecemos en ansiedades y crecemos en sensibilidades y amigos con los que cambiamos conocimientos, semillas, plantas y frutos. No es lo que hacemos, es lo que no hacemos o dejamos de hacer lo que cambia realmente el mundo y hace un entorno mejor. Al final, la amistad se extiende no solo a los compadres y comadres, a los congéneres... sino a los coterráneos en general con los que compartimos territorios. El águila ratonera tiene un territorio inmenso que comprende nuestro pequeño vergel y otros muchos campos y bosquetes. No hace mucho la sorprendimos comiendose una babosa en mitad de este huerto... seguramente porque no había mucho más que llevarse a la boca ese día. El pequeño petirrojo en cambio apenas se asienta y defiende nuestro pequeño jardín cuyas fronteras coinciden casi exactammente con las de su diminuto reino. ¡Pero hay que ver como lo defiende de otros petirrojos intrusos¡¡ Y sin embargo se convertirá durante nuestros quehaceres jardineros en un fiel seguidor y durante las grandes nevadas vendrá a visitarnos, acercándose descaradamente para reclamar un poco de comida. Por la noche la lechuza que anida en el campanario cercano tiene aquí su territorio que se solapa con el del cárabo... y así vivimos en un mundo interelacionado, interdependiente, interterritorial y apenas somos simbiontes de un paisaje diverso y múltiple en el que merece la pena vivir, siempre que sepamos cómo.
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